La propuesta de este libro refiere al rol directivo desde una mirada que prioriza lo educativo sobre los responsables de la coherencia institucional y de sostener las redes comunicativas, afectivas y educativas, desde un encuadre consensuado, respetuoso y creativo. A lo largo de los diferentes capítulos se vuelve a pensar la gestión desde una mirada significativa sobre lo escolar, sostenida en el reconocimiento de la riqueza y la complejidad del rol directivo, en la importancia que implican la modalidad y el estilo desde los cuales se asume, y en las posibilidades de conformar una escuela diferente en estrecha relación con los modos de poner en juego la gestión.

Escribe Bernardo “Con respecto a la autoridad, se hace necesario asumir la legitimidad de la asimetría y el poder...Esa asimetría es la que legaliza la posición de cada uno en el orden institucional, porque el director es asimétrico respecto a sus docentes en términos de rol y posición que ocupa, y se espera de él que tenga comportamientos y capacidades que legitimen una autoridad que en principio es solo legal y solo otorgada por el poder institucional. Por eso, su primer desafío es la transformación de ese poder delegado de arriba hacia abajo en un poder legitimado de abajo hacia arriba, y ese es el camino del liderazgo”.